Una buena opción para climatizar una vivienda sin perder espacio habitable es optar por la instalación de suelo radiante, un sistema que bien sirve para calentar o enfriar nuestro hogar y que se coloca oculto bajo el suelo. El suelo radiante o refrescante es muy utilizado en los países nórdicos pero cada vez se está instalando más en nuestro país.
La mayor ventaja que nos proporciona es que hace que nos podamos olvidar por fin de los radiadores y los splits o aparatos de aire acondicionado que, aunque ya cuentan con innovadores diseños, no dejan de ser un añadido a nuestras paredes.
Hay varios tipos de instalación; eléctrica o a través de la circulación de fluidos específicos. En ambos casos, la base la forma un serpentín de tubos instalados bajo el suelo que transmiten frío o calor según la estación, proporcionando una temperatura homogénea en todos los ambientes. Se regula con un termostato con control remoto que permite cambiar individualmente la temperatura de cada habitación. Además, es compatible con cualquier tipo de suelo (parket, cerámica, etc…).
Con el suelo radiante se consigue una repartición óptima de la temperatura en la zona que deseamos calentar. La zona más caliente es la de los pies, y a medida que nos distanciamos del suelo, la temperatura desciende. Es el sistema ideal para calefactar locales altos.
Por otro lado, es una climatización respetuosa con el medio ambiente, ya que ahorra hasta un 20% de energía al actuar un acumulador de calor. De esta forma, consumimos energía en horas de bajo costo, (Tarifa nocturna), a la vez que podemos asegurar que teniendo el generador en funcionamiento durante 6-8 horas, se dispone de calefacción las 24 horas del día. Además, es compatible con otras fuentes de energía alternativas como la solar.