VARIEDADES DE MÁRMOL. Para escultura se seleccionan mármoles uniformemente blancos y de grano muy fino. Los mármoles estatuarios son escasos y de elevado precio. Los procedentes de Carrara, Italia, han adquirido renombre internacional. Hay mármoles coloreados, algunas veces con una sola tonalidad y otras, con vetas y manchas de distinto color. El mármol ónix, o simplemente ónix, es verdoso con figuras amarillas y rojas. Aunque brillante, es blando y se raya con facilidad. Se aconseja para interiores.
Los travertinos, casi siempre amarillentos, tienen menor densidad que la común debido a su porosidad. Los chipolinos (palabra derivada de cipolla = cebolla en italiano) tienen intercaladas vetas de talco. Como este es menos resistente a los agentes atmosféricos se disgregan separando hojas delgadas como cuando se pela una cebolla. Las lumaquelas (lumaca = caracol, en italiano) contienen muchas conchas fósiles, bien visibles. La circulación de agua con sales calcáreas por entre trozos aislados, también calcáreos, los cementó formando brechas y brocatelas. Sus manchas de distinto color suelen ser muy atractivas. Los mármoles reconstituidos son artificiales. Se fabrican con residuos de canteras y talleres: polvo y escallas de pequeño tamaño, que se mezclan con cemento blanco, yeso y pigmentos coloreados. Tratados con agua endurecen dentro de moldes. Se emplean como baldosas y mosaicos de baja calidad.
PRODUCCION ARGENTINA DE MÁRMOLES Y PIEDRAS CALIZAS. Se extraen alrededor de 50.000 tn/año de mármoles, estando la producción concentrada en tres provincias: Córdoba, San Juan y Buenos Aires. De las sierras cordobesas proceden los mármoles rosados y blancos, como el “marfilino”. San Juan se especializa en travertinos y San Luis en, en ónix. Muy cotizado es el mármol negro de Azul (Buenos Aires). El mercado nacional está bien abastecido en lo referente a mármoles para la construcción. Solamente se compran en el extranjero 10.000 tn/año de mármoles para monumentos y obras de arte. Baldosas y mosaicos reconstituidos aprovechan 100.000 tn/año de polvo y escallas desechadas. Las piedras calizas son extraídas en cantidades considerables: más de 30 millones de toneladas anuales. Son consumidas por varias industrias:
metalurgia, como fundente
la elaboración de cales, cemento portland y vidrios
y ripio calcáreo, agregado al hormigón
Azul y Olavarría (Buenos Aires) y Córdoba son los centros productores más importantes.
Fuente www.arqhys.com