Arquitectura Neoclásica Española. Bajo el reinado de los Borbones se introducen en España los gustos Franceses, construyéndose una serie de residencias reales, como las de la Granja y Aranjuez que imitan en sus construcciones y en sus jardines el Versalles soñado por el Rey Felipe V. Este mismo rey, para controlar el gusto clásico, crea la Junta preparatoria para la enseñanza de la arquitectura. De ella saldrían notables arquitectos españoles.
Se consideran como arquitectos principales del neoclásico español: Ventura Rodríguez, profesor de la Academia de San Fernando es el primer arquitecto que se adhiere al neoclasicismo, si bien su formación es completamente barroca. La iglesia de San Marcos, de Madrid, describe en su planta una serie de elipses y un arco carpanel, con el consiguiente movimiento de muros y pilastras. Las bóvedas elipsoidales y las claraboyas treboladas de la capilla de la Virgen del Pilar, de Zaragoza, tienen igual carácter barroco. Sin embargo, el clasicismo de Ventura Rodríguez se manifiesta en el revestimiento con que reemplaza la decoración barroca del interior del mismo templo. Mas claramente neoclásica es la fachada de la catedral de Pamplona.
El siciliano Francisco Sabatini es el arquitecto de confianza de Carlos III, y el director de las grandes reformas urbanas de Madrid. Aunque de un sentido mas clásico que la de Ventura Rodríguez, la formación de Sabatini es aun barroca. A el se deben el edificio que actualmente ocupa en Madrid el Ministerio de Hacienda, en el que sigue las normas generales del palacio italiano del siglo XVI, y la famosa puerta de Alcalá, también en Madrid, con tres arcos y dos vanos adintelados en los extremos. Juan de Villanueva, de la generación siguiente y que reside varios años en Italia, produce el neoclásico español mas puro, limpio ya de elementos barrocos. Es suya la iglesia del Caballero de Gracia, de Madrid, que a pesar de sus pequeñas proporciones, es de tres naves, sobre gruesas columnas, tiene fachada “In Antis”, de orden Jonico.
Su obra mas importante es el Museo del Prado, contruido para Museo de Ciencias Naturales. De planta rectangular muy alargada, su fachada principal tiene en su centro un pórtico resaltado con columnas gigantescas, coronado por un gran ático, mientras que a los lados corren dos galerías: la baja sobre pilares y arcos y ala alta adintelada, sobre pequeñas columnas jónicas que, comparadas con las centrales, aumentan su gracia y ligereza. Gracias a su fino sentido de las proporciones y al alternar las piedras y el ladrillo, Villanueva ha ejercido una notable influencia en la arquitectura madrileña contemporánea. En la arquitectura neoclásica catalana destaca, sobre todo, Juan Soler, autor de la transformación y fachada de la Lonja de Barcelona
Fuente Arqhys.com