Barroco Italiano. Los orígenes de la palabra barroco no están claros. Podría derivar del portugués barocco o del castellano barrueco, término que designa a un tipo de perlas de forma irregular. A finales del siglo XVIII el término barroco pasó a formar parte del vocabulario de la crítica de arte como una etiqueta para definir el estilo artístico del siglo XVII. Heinrich Wölfflin (1915) afirmó que “el barroco no es ni el esplendor ni la decadencia del clasicismo, sino un arte totalmente diferente”.
Características del Barroco:
Predominio de la línea curva, retorcida a veces.
Riqueza de colorido
Entrantes y salientes
Claroscuro
Ruptura de estructuras: frontones
Gran abundancia de la columna
Nuevas columnas: salomónicas (fuste retorcido)
Materiales: – Generalmente piedra. – Mármol en las columnas
Los elementos constructivos están subordinados a los ornamentales
Gran interés por el urbanismo
Arcos muy variados. – Sobre todo el de medio punto
Abundancia de nichos, hornacinas… – Espacios decorativos. – Muchos ventanales con forma ovoide (oculi) enmarcados
Planta: – En el barroco español abunda la planta jesuítica.
Gran desarrollo de la arquitectura civil. – Interés por los espacios lúdicos: Jardines de Versalles.
Influencias. Roma ha sido indudablemente el gran centro del barroco italiano. Las raíces del barroco se localizan en el arte italiano, especialmente en la Roma de finales del siglo XVI. El deseo universalista inspiró a varios artistas en su reacción contra el anticlasicismo manierista y su interés subjetivo por la distorsión, la asimetría, las extrañas yuxtaposiciones y el intenso colorido. Miguel Ángel tuvo mucha influencia en el barroco italiano, en medio del Renacimiento trato de liberarse de las formas clásicas tendencia que no volverá a aparecer sino en los artistas del siglo XVII.
Fuente Arqhys.com.